De esta época (II milenio - 1ª mitad del I milenio a.C) datan los primeros vestigios humanos en el término de Calp.

El hábitat característico del Bronce valenciano son los poblados situados en la cima y laderas de cerros, en lugares aptos para la defensa y el control del territorio. Ejemplo de ello son los poblados de Cocentari y de Ifach.

El utillaje típico consta de cerámica hecha a mano (no existía el torno), útiles metálicos (de cobre o bronce), de hueso y de piedra. Este último incluye hachas y molinos de piedra y los característicos "dientes de hoz" de sílex.

Todo ello certifica la presencia en Calp de gentes dedicadas, principalmente, a la agricultura, complementada seguramente por otras actividades como la caza, la pesca o la ganadería.