Entre los objetos de adorno empleados por los habitantes del lugar, se encuentran botones o anillos de bronce. Pequeños cofres de madera con cerraduras de bronce se utilizaron para guardar aquellos objetos personales de valor.

Otros elementos nos hablan del tiempo de ocio. En las termas, mayores y niños, eran aficionados a juegos de mesa, con tableros de madera, fichas y dados de hueso.

El hallazgo de anzuelos de bronce, revela tanto una actividad económica como de esparcimiento, en la que se disfrutaba del placer de la pesca.

Las evidencias de escritura en Baños de la Reina se reducen a los testimonios incisos con un punzón sobre cerámica, que han permitido conocer los nombres de algunos de los habitantes del enclave. Entre ellos, los esclavos Nusa y Onesimus.